Si hay algo que diferencia a Italia de muchos países europeos es la gran cantidad de obras artísticas que posee, que se han desarrollado en este fantástico país a lo largo de su historia, además de la arquitectura, la escultura y la pintura, el País de la bota es un gran precursor de la música clásica, especialmente de la ópera, de ahí que dentro del género se distinga la realizada en este país con un gran valor para los expertos y amantes de la música.

La ópera italiana surgió a principios del siglo XVII en las ciudades de Florencia, Roma y especialmente Venecia, en esta última el género comenzó como una especie de teatro en las festividades del carnaval, pero poco a poco fue convirtiéndose en un espectáculo aclamado por la sociedad, durante la historia
de la ópera italiana, esta se ha ido adaptando a los diferentes cambios estéticos de cada época.

Pero si hay una época donde la ópera italiana primaba por encima de cualquier otro género musical y además estaba presente en numerosos países del extranjero incluido el continente americano, es durante el siglo XIX, en plena corriente de romanticismo surgieron grandes compositores de ópera como
Verdi.

Su principal temática fueron los personajes mitológicos, la narración de historias de caballeros y la erótica, además, se caracterizaba por la exageración y la superficialidad, siempre con agradables melodías, desde sus inicios, el aspecto vocal ha tenido una gran importancia, de ahí el conocido como Bel Canto que fue un estilo desarrollado en Italia entre los siglos XVII y XIX.

Mediante la ópera los italianos expresaban sus sentimientos y angustias, las cuales compartían con la sociedad y que sirvieron para conectar de manera formidable con el público, dentro de este género destacan muchos compositores entre los que se encuentran, además del anteriormente mencionado Verdi, Donizetti, Puccini o Bellini.

En la actualidad la ópera italiana sigue interpretándose en numerosos teatros de ópera por todo el mundo, en el propio país son numerosos los teatros que aun albergan estas actuaciones: El teatro de La Scala en Milán, La Fenice en Venecia o el Teatro Verdi en la ciudad de Trieste, son algunos de los más
emblemáticos que también sirven como recuerdo de la gran época de este espectáculo.

Roiman F. Navarro Venegas