Recordando a Dorothy Eady, la Egiptóloga que Afirmó Haber Vivido en el Antiguo Egipto.
La vida de Dorothy Eady, conocida mundialmente como Omm Sety, fue una fascinante intersección de egiptología, misticismo y una inquebrantable creencia en la reencarnación. Su legado, marcado por un profundo conocimiento del antiguo Egipto y sus extraordinarias afirmaciones de haber sido una sacerdotisa en una vida anterior, continúa cautivando a historiadores y entusiastas por igual.
Nacida en Londres en 1904, la vida de Dorothy Eady dio un giro extraordinario a la edad de tres años tras sufrir una caída que la dejó inconsciente. Al despertar, afirmaba recordar una vida anterior en el antiguo Egipto. Estas visiones y recuerdos se intensificaron con el tiempo, llevándola a desarrollar una obsesión con las antigüedades egipcias y a aprender jeroglíficos por su cuenta.
A los 27 años, Eady viajó a Egipto, un destino que siempre sintió como su verdadero hogar. Allí, se casó con un egipcio y tuvo un hijo al que llamó Sety, de ahí su apodo “Omm Sety” (Madre de Sety). Su vida en Egipto no fue la de una egiptóloga académica convencional. Dorothy trabajó para el Departamento de Antigüedades de Egipto, donde su conocimiento intuitivo y su asombrosa memoria de los detalles de la vida en el antiguo Egipto sorprendieron a sus colegas. Se decía que podía identificar con precisión la ubicación de artefactos perdidos y predecir hallazgos arqueológicos.
Las afirmaciones más notables de Omm Sety giraban en torno a su supuesta vida como sacerdotisa en el templo de Seti I en Abidos, durante la XIX Dinastía. Afirmaba haber sido una mujer llamada Bentreshyt, que tuvo una relación prohibida con el faraón. Su profundo apego a Abidos la llevó a vivir cerca del templo durante décadas, dedicando su vida al estudio y la preservación de su historia. Pasaba incontables horas en el templo, orando, meditando y, según ella, comunicándose con figuras del pasado.
Aunque sus afirmaciones de reencarnación fueron objeto de escepticismo, su contribución a la egiptología es innegable. Su trabajo minucioso en la transcripción de textos jeroglíficos, su ayuda en la excavación de sitios arqueológicos y su conocimiento detallado de la topografía y las costumbres del antiguo Egipto fueron invaluables para muchos egiptólogos de renombre. Publicó varios artículos y coescribió libros, destacando su profundo entendimiento de la cultura y la religión egipcias.
Dorothy Eady, u Omm Sety, falleció en 1981 en Abidos, el lugar que consideraba su verdadero hogar a través de los siglos. Su vida sigue siendo un testamento a la pasión por el conocimiento, la audacia de la creencia y la misteriosa conexión que algunos sienten con el pasado. El enigma de Omm Sety perdura, invitándonos a reflexionar sobre los límites de la historia, la memoria y la propia existencia.
