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Historia

Tsutomu Yamaguchi

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El único superviviente de dos bombas atómicas

 En la historia de los conflictos armados, pocos individuos personifican la resiliencia humana frente a la devastación masiva como Tsutomu Yamaguchi, el único ser humano oficialmente reconocido por haber sobrevivido a los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Su extraordinario relato sirve como un poderoso testimonio de la capacidad del espíritu humano para perdurar y una sombría advertencia sobre los horrores de la guerra nuclear.

El 6 de agosto de 1945, Tsutomu Yamaguchi, ingeniero de Mitsubishi Heavy Industries, se encontraba en Hiroshima por motivos de trabajo cuando la bomba atómica “Little Boy” detonó sobre la ciudad. A pesar de sufrir graves quemaduras y una ruptura del tímpano, Yamaguchi logró sobrevivir a la explosión inicial y pasó la noche en un refugio antiaéreo. Al día siguiente, a pesar de sus heridas, decidió regresar a su ciudad natal, Nagasaki.

Increíblemente, tres días después, el 9 de agosto de 1945, mientras le relataba a su familia y colegas la pesadilla que había vivido en Hiroshima, la segunda bomba atómica, “Fat Man”, fue lanzada sobre Nagasaki. Yamaguchi se encontraba a aproximadamente 3 kilómetros del hipocentro de la explosión y, una vez más, sobrevivió. Aunque sufrió un período de debilidad y pérdida de cabello debido a la radiación, se recuperó de ambas exposiciones.

Durante muchos años, Tsutomu Yamaguchi mantuvo un perfil bajo sobre sus experiencias. No fue sino hasta sus últimos años que decidió compartir públicamente su historia, convirtiéndose en un defensor vocal de la abolición de las armas nucleares. Su testimonio único proporcionó una perspectiva invaluable sobre el impacto humano de la guerra atómica, ofreciendo una voz poderosa a las víctimas conocidas como “hibakusha”.

El señor Yamaguchi fue oficialmente reconocido por el gobierno japonés como doble sobreviviente de la bomba atómica en 2009. Falleció en 2010 a la edad de 93 años, dejando un legado imperecedero de supervivencia, resiliencia y un llamado urgente a la paz global. Su vida sirve como un recordatorio conmovedor de la devastación que pueden causar las armas nucleares y la inquebrantable voluntad de una persona para sobrevivir a lo impensable.

Lcdo. Roiman F. Navarro Venegas

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