¿UNA VENTANA AL PASADO O EL MITO MEJOR GUARDADO DEL VATICANO?
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la idea de poder “ver” el pasado aún reside en el reino de la ciencia ficción. Sin embargo, una historia persistente y fascinante ha cautivado a creyentes y escépticos por igual durante décadas: la del Cronovisor, una supuesta máquina capaz de captar imágenes y sonidos de eventos históricos. Una máquina, según la leyenda, gestada en los pasillos más recónditos del Vaticano
El Origen de la Leyenda: Padre Pellegrino Ernetti

El protagonista central de esta enigmática historia es el Padre Pellegrino Ernetti (1925-1994), un monje benedictino, erudito en latín, musicólogo y científico. Fue en la década de 1960 cuando Ernetti comenzó a susurrar sobre la existencia de un dispositivo revolucionario. La bomba mediática estallaría en 1972, cuando la revista italiana La Domenica del Corriere publicó una entrevista con el Padre Ernetti, desatando la imaginación del público.

Según Ernetti, no estaba solo en este monumental descubrimiento. Afirmó haber colaborado con un equipo de científicos de renombre, incluyendo figuras tan influyentes como el físico italiano Enrico Fermi (Premio Nobel de Física) y el ingeniero aeroespacial alemán Wernher Von Braun (padre del programa espacial estadounidense). Juntos, habrían logrado construir el Cronovisor.

¿Cómo Funcionaba Esta Maravilla Tecnológica?
La premisa detrás del Cronovisor, tal como la describió Ernetti, es tan audaz como intrigante. Se basaba en la teoría de que las ondas de luz y sonido generadas por cualquier evento histórico nunca desaparecen por completo. En cambio, se “graban” o permanecen suspendidas en una especie de “éter” cósmico o en la cuarta dimensión del espacio-tiempo.

El Cronovisor, con una supuesta configuración compleja de discos, cables, antenas y metales especiales, actuaría como un receptor ultrasensible. Sería capaz de sintonizar, decodificar y reproducir estas vibraciones del pasado, proyectándolas en una pantalla y permitiendo escuchar sus sonidos. Ernetti lo describió como una especie de “televisor del tiempo”, una ventana directa a la historia.
Los Asombrosos “Testimonios” del Cronovisor
El Padre Ernetti no solo afirmó la existencia de la máquina, sino que también compartió supuestas experiencias y “pruebas” de su funcionamiento. Entre los eventos que alegó haber presenciado a través del Cronovisor se encuentran:

La Crucifixión de Jesucristo: Ernetti declaró haber sido testigo de este momento crucial de la historia cristiana, describiendo con detalle los sufrimientos de Jesús. La “prueba” más impactante fue una fotografía granulada del rostro de Cristo, que Ernetti afirmó haber captado directamente del Cronovisor. Esta imagen, a menudo conocida como el “verdadero rostro de Jesús”, se convirtió en un pilar central de la controversia.

Discursos Antiguos: Sostuvo haber presenciado un discurso completo de Cicerón en el Senado Romano, una afirmación que fascinó a historiadores y filólogos por igual.

Eventos Bíblicos y Clásicos: También mencionó haber visto la destrucción de Sodoma y Gomorra, y la representación de la tragedia clásica de Tiestes, una obra perdida del dramaturgo romano Quinto Ennio.

El Velo del Misterio: Escepticismo y Desmentidos
A pesar de la resonancia de las afirmaciones de Ernetti, el Cronovisor ha permanecido firmemente en el ámbito del mito y la leyenda urbana. La comunidad científica, y de hecho la propia Iglesia Católica, han mantenido una postura de profundo escepticismo:
1– Ausencia de Evidencia Física: Quizás el argumento más contundente es la total falta de pruebas tangibles. El Cronovisor nunca fue mostrado públicamente, ni sus supuestos planos o componentes. La fotografía de Jesús, la única “evidencia”, fue rápidamente desestimada por expertos que sugirieron que se trataba de una manipulación o una foto de una escultura.
2– Confesión Póstuma: En un giro dramático, se afirmó que poco antes de su muerte en 1994, el Padre Ernetti habría confesado a un colega que la fotografía de Jesús era un engaño, una imagen de una talla de madera. Sin embargo, según algunos, Ernetti mantuvo hasta el final que el Cronovisor sí existió y que, aunque había sido desmantelado o confiscado, era una realidad.
3– La Postura del Vaticano: El Vaticano nunca ha reconocido la existencia del Cronovisor. De hecho, un decreto emitido en 1988 por la Congregación para la Doctrina de la Fe (aunque no mencionaba el Cronovisor directamente) reiteró que la manipulación del tiempo o la visión del pasado a través de medios tecnológicos era “moralmente ilícita” y podría acarrear la excomunión para los clérigos implicados. Esto fue interpretado por muchos como una forma de desincentivar o desacreditar cualquier pretensión futura sobre el dispositivo.
4– Imposibilidad Científica: Las leyes conocidas de la física y la termodinámica hacen que la existencia y el funcionamiento del Cronovisor sean altamente improbables. La idea de que las ondas de luz y sonido “permanecen” indefinidamente en una forma recuperable contradice el concepto de entropía y la disipación de la energía.
El Legado del Cronovisor: Entre la Fe y la Ficción
Hoy en día, el Cronovisor sigue siendo un tema recurrente en documentales de misterio, libros de ufología y teorías conspirativas. La historia apela a la profunda curiosidad humana por el pasado, la posibilidad de desvelar verdades históricas o religiosas, y la eterna fascinación por las máquinas del tiempo.

Mientras que para muchos sigue siendo una ingeniosa leyenda o incluso un elaborado engaño, para otros, la historia del Padre Ernetti representa un secreto bien guardado, una tecnología tan poderosa que su existencia debe ser negada para proteger la estabilidad social y religiosa.

Independientemente de si fue una realidad o una fantasía, el Cronovisor ha dejado una marca indeleble en la cultura popular, recordándonos la delgada línea que a veces separa lo creíble de lo extraordinario, y el poder duradero de una buena historia.