La historia olvidada de Martin Couney en Coney Island
A principios del siglo XX, mientras la atención médica moderna apenas comenzaba a tomar forma, un hombre extraordinario desafió la indiferencia de la comunidad médica y salvó la vida de miles de recién nacidos. El doctor Martin Couney, un nombre casi olvidado en la historia, operaba una “exposición” de incubadoras para bebés en la bulliciosa feria de Coney Island, donde exhibía a bebés prematuros a cambio de una entrada de 25 centavos, una iniciativa que financiaba un cuidado de vanguardia que ningún hospital de la época ofrecía.
Desde 1903 hasta la década de 1940, la exhibición de Couney, que parecía una atracción de feria, fue en realidad un hospital improvisado, pero altamente profesional. En una era en la que los hospitales carecían de la tecnología y los conocimientos para cuidar a los bebés prematuros, la tasa de mortalidad infantil era alarmantemente alta. El doctor Couney, un inmigrante alemán que se autodenominaba médico, utilizó su ingenio y habilidades de showman para financiar un sistema de cuidado que incluía incubadoras con temperatura controlada, enfermeras y médicos dedicados.
“No cobraba un centavo a los padres,” se le atribuye haber dicho Couney en varias ocasiones. “Mi trabajo es hacer propaganda para el cuidado de los ‘prematuros’, que de otra manera se dejarían morir.”
A pesar de las críticas de muchos que lo veían como un charlatán que explotaba a los bebés, el “infantorium” de Couney en Coney Island demostró ser un refugio milagroso. Se estima que, durante sus más de 40 años de operación, el Dr. Couney y su equipo salvaron la vida de más de 6,500 bebés, una cifra asombrosa considerando el contexto de la época. Su tasa de supervivencia del 85% superó con creces la de los hospitales de la época.
La exhibición no solo salvó vidas, sino que también funcionó como un motor de educación pública, familiarizando a la gente con la idea de que los bebés prematuros podían sobrevivir con el cuidado adecuado. Con el tiempo, sus métodos fueron finalmente adoptados por el sistema médico convencional.
La notable historia del Dr. Couney, un hombre de ciencia disfrazado de showman, destaca un capítulo fascinante y heroico en la historia de la medicina, recordándonos que la innovación y la compasión a veces provienen de los lugares más inesperados.