Descubrimiento de la Piedra Rosetta desvela los secretos del antiguo Egipto.
El 15 de julio de 1799, durante la campaña egipcia de Napoleón, se realizó un hallazgo arqueológico que cambiaría para siempre la comprensión de una de las civilizaciones más fascinantes de la historia: la Piedra Rosetta.
Descubierta por soldados franceses en el fuerte Julien, cerca de la ciudad de Rashid (Rosetta) en el Delta del Nilo, esta losa de granodiorita se convirtió en la clave para descifrar los jeroglíficos egipcios, una escritura que había permanecido ininteligible durante más de 1400 años.
La Clave Lingüística
Lo que hizo a la Piedra Rosetta un objeto de valor incalculable fue su inscripción única. Contiene el mismo decreto oficial, emitido en 196 a.C. en nombre del faraón Ptolomeo V, grabado en tres sistemas de escritura diferentes:
* Jeroglíficos: La escritura sagrada utilizada para documentos religiosos y ceremoniales.
* Demótico: La escritura nativa de uso diario, el “idioma del pueblo”.
* Griego Antiguo: La lengua de la administración gubernamental en aquel período.
Gracias a la presencia del texto en griego antiguo, un idioma conocido por los eruditos europeos, la piedra proporcionó la herramienta esencial para comenzar a traducir los textos egipcios.
El Desciframiento que Abrió una Civilización
Aunque la piedra fue transferida a manos británicas y se encuentra hoy en el Museo Británico de Londres, su estudio desencadenó una “carrera” intelectual en Europa. El punto de inflexión llegó en 1822, cuando el joven filólogo francés Jean-François Champollion logró descifrar completamente los jeroglíficos utilizando la Piedra Rosetta.
El trabajo de Champollion demostró que los jeroglíficos no eran meros símbolos ideográficos, sino una combinación de signos fonéticos e ideográficos. Este descubrimiento no solo permitió leer el decreto (que principalmente detalla los beneficios otorgados a los templos por el faraón), sino que, de forma más crucial, abrió las puertas a la vasta historia, religión y cultura del Antiguo Egipto, hasta entonces silenciada en las paredes de sus templos y tumbas.
Un Legado Duradero
La Piedra Rosetta es hoy un símbolo global de la egiptología y del poder de la traducción y la lingüística. El término “piedra de Rosetta” se utiliza en la actualidad para describir la clave esencial para un nuevo campo del conocimiento o un problema complejo. A pesar de los debates continuos sobre su lugar de exhibición, su importancia histórica y cultural como el “intérprete” que hizo hablar a los faraones es indiscutible.
