Recordamos a Sir Isaac Newton (1643-1727), una de las figuras más colosales en la historia de la ciencia y la humanidad. Este físico, matemático, astrónomo y teólogo inglés, con su genio inigualable, formuló las leyes que rigen tanto el movimiento terrestre como el celestial, consolidando la Revolución Científica.

Entre 1665 y 1666, mientras la Universidad de Cambridge cerraba debido a la Gran Plaga, Newton regresó a su hogar en Woolsthorpe. Estos años son conocidos como su “annus mirabilis” (año maravilloso), pues sentó las bases de sus descubrimientos más importantes:
- Cálculo Infinitesimal: Desarrolló los principios del cálculo diferencial e integral (al que llamó fluxiones), proporcionando el lenguaje matemático necesario para describir el cambio en el mundo físico.
- Óptica: Demostró que la luz blanca está compuesta por el espectro de colores que se pueden separar con un prisma. Este trabajo revolucionario marcó el nacimiento de la óptica moderna y lo llevó a construir el primer telescopio de reflexión.
- Gravitación Universal: Concibió la idea de que la misma fuerza que hace caer una manzana de un árbol es la que mantiene a la Luna orbitando la Tierra. Este descubrimiento unificó por primera vez la física terrestre y la celeste.
El pináculo de su carrera se alcanzó con la publicación, en 1687, de su obra Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica (Principios Matemáticos de la Filosofía Natural). Esta obra es considerada, por muchos, como la publicación científica más importante de la historia.
En ella, Newton estableció las tres leyes del movimiento (ley de la Inercia, ley Fundamental de la Dinámica y ley de Acción y Reacción), que definieron la mecánica clásica, la Ley de Gravitación Universal, con la que pudo deducir las leyes de Kepler y explicar fenómenos como las mareas, proporcionando un marco matemático para el funcionamiento del universo.
Gracias a la presión y el apoyo financiero del astrónomo Edmund Halley, esta monumental obra pudo ver la luz, transformando irrevocablemente la comprensión humana del cosmos.
El impacto de Newton es incalculable. Su formulación de las leyes universales proveyó el paradigma dominante en la física hasta la llegada de la teoría de la relatividad de Einstein en el siglo XX.
A pesar de sus extensas investigaciones en áreas como la alquimia y la teología (a las que dedicó más tiempo que a la física), su contribución a las matemáticas y la física lo inmortalizó. Sir Isaac Newton recibió un funeral de estado y fue enterrado como un gigante en la Abadía de Westminster.