En las antiguas cuevas de Ellora, en el estado de Maharashtra, se alza una de las obras arquitectónicas más asombrosas del mundo, el Templo de Kailasa, más que un edificio construido, este templo es una gigantesca escultura, tallada completamente desde una única y colosal formación rocosa. Representa una hazaña inigualable de la ingeniería y la fe, dedicada al dios hindú Shiva y su morada celestial, el Monte Kailash.
El Templo de Kailasa fue encargado por el rey Krishna I de la dinastía Rashtrakuta en el siglo VIII (aproximadamente entre los años 756 y 773 d.C.). Lo que lo hace verdaderamente único es que no se construyó apilando piedras, sino que fue excavado de arriba hacia abajo a partir de una única masa de roca basáltica.
Los constructores comenzaron extrayendo tres enormes trincheras verticales en la ladera de la montaña, separando un bloque de roca virgen de más de 30 metros de altura. Luego, los artesanos y escultores comenzaron a tallar el exterior e interior del templo con una precisión y detalle asombrosos. Se estima que se extrajeron alrededor de 400,000 toneladas de roca para crear esta maravilla.
El diseño del Templo de Kailasa imita la estructura de un templo de mampostería, con un complejo plan que incluye:
- Entrada monumental: Un impresionante gopuram (torre de entrada) flanqueado por elefantes de tamaño natural.
- Patio: Un vasto patio que rodea el templo principal, con santuarios subsidiarios, columnas y esculturas.
- Santuario principal: Dedicado a Shiva, con una torre shikhara (torre piramidal) y un mandapa (sala con columnas) bellamente ornamentados.
- Esculturas: Las paredes están cubiertas con intrincados relieves que representan escenas del Ramayana y el Mahabharata, así como deidades hindúes, ninfas celestiales y animales mitológicos.
- La Montaña Sagrada: El templo está diseñado para evocar el Monte Kailash, la morada de Shiva en el Himalaya, simbolizando la cosmología hindú.
La destreza técnica para lograr tales detalles y proporciones a partir de una única roca, sin el uso de andamios o técnicas de construcción modernas, sigue siendo un misterio y un testimonio del ingenio de los antiguos artesanos indios.
Las Cuevas de Ellora, incluido el Templo de Kailasa, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983. Miles de visitantes de todo el mundo acuden cada año para maravillarse con esta “catedral de roca”, una estructura que, según algunos arqueólogos, habría requerido el trabajo de más de 7,000 trabajadores durante 18 años para completarse.
El Templo de Kailasa no es solo una obra de arte y arquitectura; es un monumento a la devoción, la perseverancia y la capacidad humana para transformar la naturaleza en una expresión sublime de fe.
