El cambio climático no es solo una amenaza ambiental; se ha consolidado como el mayor desafío de salud pública del siglo XXI, con impactos devastadores y crecientes en el bienestar de las personas a nivel mundial. Desde olas de calor extremas hasta la propagación de enfermedades infecciosas, los efectos del calentamiento global están socavando décadas de avances en salud y generando una carga significativa para los sistemas sanitarios.
Los efectos del cambio climático son multifacéticos y afectan la salud de manera directa e indirecta, exacerbando las vulnerabilidades, especialmente en las poblaciones más marginadas.
- Aumento de Enfermedades Transmitidas por Vectores y el Agua
El incremento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación amplían la distribución geográfica y estacional de vectores como los mosquitos. Esto provoca una mayor incidencia de enfermedades como el dengue, la malaria (paludismo), el Zika y el chikungunya. Del mismo modo, las inundaciones y sequías aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos, como el cólera y las diarreas.
Riesgos por Temperaturas Extremas: Las olas de calor más frecuentes e intensas se asocian con un aumento en la morbilidad y mortalidad, particularmente entre ancianos, niños y personas con enfermedades crónicas, debido al agotamiento por calor, la deshidratación y el riesgo de paro cardíaco.
- Problemas Respiratorios y Alergias
El aumento de la contaminación atmosférica (relacionada con la quema de combustibles fósiles y los incendios forestales) y la mayor concentración de alérgenos como el polen (debido a temporadas de crecimiento más largas) agravan condiciones como el asma y otras enfermedades respiratorias.
- Inseguridad Alimentaria y Desnutrición
Los eventos climáticos extremos como sequías e inundaciones impactan la producción de alimentos, lo que lleva a la inseguridad alimentaria y un mayor riesgo de malnutrición, especialmente en los trópicos.
- Impacto en la Salud Mental
El desplazamiento forzoso, la pérdida de medios de vida, la ansiedad por los riesgos climáticos y la exposición a desastres naturales se traducen en un aumento de los trastornos de estrés postraumático, ansiedad y depresión.
Organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han advertido que los efectos en la salud serán desproporcionadamente mayores en las poblaciones vulnerables, lo que acentúa las desigualdades sanitarias y sociales.
La mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de medidas de adaptación en el sector salud son cruciales. Invertir en sistemas de vigilancia basados en el clima para riesgos clave y en la infraestructura de salud resiliente es una necesidad urgente para proteger a las comunidades y garantizar el derecho humano a la salud.
