Una Pionera Cuyo Legado Musical Trasciende Géneros: Recordando a Sister Rosetta Tharpe
La historia de la música a menudo pasa por alto a sus verdaderos innovadores, y la figura de Sister Rosetta Tharpe (1915-1973), conocida como la “Madrina del Rock and Roll,” es un ejemplo elocuente. Mucho antes de que los íconos masculinos de la década de 1950 popularizaran el género, Tharpe ya estaba sentando sus cimientos con una mezcla audaz de góspel, blues y una electrizante técnica de guitarra.
Nacida como Rosetta Nubin en Cotton Plant, Arkansas, en 1915, creció en un ambiente pentecostal, donde su madre, una evangelista, tocaba la mandolina. Rosetta mostró un talento precoz, y a los cuatro años ya era una estrella local, conocida como “el milagro de la guitarra y el canto.” A pesar de su formación en la música de la iglesia, no temió experimentar.
El gran salto en su carrera llegó a finales de la década de 1930, cuando firmó con Decca Records y comenzó a llevar el sonido del góspel amplificado fuera de las iglesias y a los clubes nocturnos, como el famoso Cotton Club de Nueva York. Su estilo no tenía precedentes: combinaba las letras religiosas y la pasión del góspel con una forma de tocar la guitarra, que incluía el uso de la distorsión y el handpicking, que influiría directamente en músicos como Chuck Berry, Elvis Presley, Johnny Cash y Little Richard. Su grabación de 1944, “Rock Me,” es a menudo citada como uno de los primeros temas de rock and roll de la historia.
La artista se enfrentó a desafíos por ser una mujer negra y queer en la América segregada y por mezclar lo sagrado con lo secular. A pesar de la controversia y de que su popularidad decayó en los años 60, su genio perduró. Una de sus actuaciones más icónicas fue un concierto de 1964 en una estación de tren abandonada en Inglaterra, que reavivó brevemente su exposición pública.
Sister Rosetta Tharpe fue introducida al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2018, un reconocimiento tardío para la mujer que, con su guitarra eléctrica en mano, demostró ser la verdadera arquitecta del género. Su legado es un recordatorio crucial de que la historia del rock and roll es, en esencia, la historia de una mujer pionera.
