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LOS REFERENDUMS EN ITALIA SOBRE CIUDADANIA Y TRABAJO FRACASARON POR BAJA PARTICIPACION Y FORTALECEN A GIORGIA MELONI

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Menos del 30% de los italianos participó en el referéndum promovido por partidos de izquierda en el cual se hicieron las cinco consultas, que de ser aprobadas facilitarían la naturalización de inmigrantes extracomunitarios y aumentarían los derechos laborales. Una participación popular muy por debajo del 50% necesario para validar los resultados. Resultado que a través de una estrategia abstencionista fortaleció aún más el liderazgo político de Giorgia Meloni y consolido el posicionamiento político de los partidos que la apoyan.

La estrategia de Giorgia Meloni funcionó. Los cinco referendos celebrados en Italia durante el fin de semana (7 y 8 de junio 2025) para reformar las leyes de ciudadanía y ampliar las protecciones laborales fracasaron estrepitosamente debido a la baja participación ciudadana, que apenas alcanzó el 30% del censo electoral. Una cifra muy alejada del 50% mas uno necesario para que las consultas fueran validas y que representa una victoria política para la primer ministro ultraderechista, cuyo gobierno promovió activamente la abstención.

El resultado supone un duro revés para los partidos y sindicatos de izquierda que impulsaron estas consultas como una forma de presionar al ejecutivo y movilizar las bases en torno a dos temas especialmente sensibles: la integración de los inmigrantes y los derechos de los trabajadores. En su lugar, han cosechado una contundente derrota que Meloni y sus aliados no tardaron en celebrar como una demostración de su solidez política.

Una victoria con sabor a revancha.

“El objetivo real de este referéndum era hacer caer el gobierno de Meloni. Al final, fueron los italianos quienes hicieron caer a la izquierda”. Proclamó Hermanos de Italia, el partido de la primer ministro, en un mensaje triunfal en las redes sociales acompañado de fotografías de los lideres de la oposición. La provocación resume el tono combativo con que la derecha italiana vivió esta jornada, convertida en un test político para medir la capacidad de movilización de unos y otros.

Los datos oficiales, procedentes de casi el 90% de las mesas electorales, confirman que la participación se mantuvo estancada en torno al 30% tras dos días de votación. Una cifra que no solo frustra las aspiraciones reformistas de la izquierda, sino que además pone de manifiesto la creciente desafección de los italianos a la utilización de los referéndums para la manipulación político partidista de la izquierda.

El ministro de Exteriores Antonio Tajani (Partido Forza Italia – Aliado de Meloni), no ocultó su satisfacción: “El gobierno sale fortalecido y la izquierda debilitada”. Su colega en el Ejecutivo, el ultra derechista Matteo Salvini (Partido LA LEGA – Aliado Meloni), fue aun mas directo al calificar el resultado como “una derrota aplastante para la izquierda”, que según él “ni siquiera es capaz de movilizar a sus propios votantes”.

La ciudadanía el gran tabú.

De las cinco consultas celebradas en el referéndum, la más polémica era la que proponía reducir de 10 a 5 años el periodo de residencia legal necesario para obtener la ciudadanía italiana. Una medida que habría beneficiado a unos 2,5 millones de extranjeros que actualmente luchan para conseguir el pasaporte italiano y que habría facilitado también la nacionalización de sus hijos menores.

Para sus defensores, se trataba de una reforma de justicia social que habría permitido a los italianos de segunda generación – nacidos en el país, pero de padres extracomunitarios – acceder más fácilmente a derechos básicos como el voto, el empleo publico o la libre circulación por la Unión Europea. Para sus detractores, encabezados por Salvini, suponía una “regalía” inaceptable que rebajaría los requisitos para ser ciudadano italiano.

El escrutinio reveló, además, una curiosa paradoja: Incluso entre quienes decidieron votar, el apoyo a esta propuesta fue tibio. Los pocos ciudadanos que acudieron a votar se limitaron a apoyar las reformas laborales dejando el tema de la ciudadanía muy rezagado. Una contundente diferencia que ilustra las reticencias que genera el tema migratorio incluso en sectores progresistas de la sociedad italiana.

El mundo del trabajo, en el centro del debate

Cuatro consultas abordaban cuestiones laborales promovidas por la Confederación General del Trabajo (CGIL), el principal sindicato del país. Sus propuestas buscaban derogar varias normas introducidas en los últimos años que, según los sindicatos, han precarizado el empleo y debilitado los derechos de los trabajadores.

Entre las medidas mas destacadas figuraba la eliminación de la norma que permite a las empresas de más de 15 empleados no reincorporar a un trabajador tras un despido declarado improcedente por un juez. También se proponía suprimir el límite de indemnización por despido injustificado en pequeñas empresas y aumentar la responsabilidad de los empleadores en casos de accidentes laborales.

Para la CGIL, estas reformas eran imprescindibles para devolver la dignidad al trabajo en un país donde la precariedad laboral se extendió especialmente entre los jóvenes, Sin embargo, el Gobierno las consideraba un retroceso que habría perjudicado la competitividad de las empresas italianas y detenido la contundente generación de empleos del gobierno Meloni, especialmente los destinados para los jóvenes y las mujeres.

La oposición reconoce la derrota.

El secretario Maurizio Landini, secretario general de la CGIL e impulsor de la iniciativa, asumió la derrota con amargura, pero sin dramatismo. “Sabíamos que no era un paseo por el parque”, declaró, descartando dimitir pese al fracaso de unas consultas, que según él, no estaban estrechamente asociadas a su liderazgo. “Una crisis obvia de la democracia y participación”, añadió, en una reflexión que trasciende el resultado concreto de estos referéndums.

El dirigente sindical se aferró a los 14 millones de ciudadanos (menos del 30% del total de electores) que si participaron en las consultas para reivindicar que los temas abordados siguen siendo relevantes. “es un punto de partida”, insistió, aunche reconoció implícitamente que la estrategia seguida no ha dado los frutos esperados. Fracasaron.

Una campaña silenciosa

Según la izquierda, unos de los factores que explican el fracaso de las consultas fue la escasa visibilidad que tuvieron en los medios de comunicación y el debate público. Pero las encuestas realizadas en mayo revelaron que un porcentaje muy bajo de los italianos mostraba interés las cuestiones sometidas al referéndum, una cifra que evidencia las dificultades de la oposición para trasladar su mensaje a la sociedad.

La autoridad de comunicaciones AGCOM llegó a presentar una queja formal contra la televisión publica italiana RAI y otras cadenas por la falta de cobertura “adecuada y equilibrada” de las consultas. Una situación que contrastó con el activismo desplegado por el Gobierno para promover la abstersión.

Salvini, por ejemplo, aprovechó un acto del grupo PATRIOTAS POR EUROPA – que reúne a los lideres de la ultraderecha continental – para reiterar su oposición a las reformas horas antes del cierre de las urnas. “la nacionalidad no es un regalo”, declaró. “pedimos reglas mas claras y estrictas para ser ciudadanos italianos, no basta con unos años más de residencia”.

¿Una institución en crisis?

El fracaso de estos referendos se inscribe en una tendencia más amplia dela desafección hacia este instrumento de participación democrática. Desde 1997, solo dos consultas populares han logrado superar el quorum del 50% mas uno; la celebrada en el 2011 sobre la gestión pública del agua (54,8% de participación) y la de 2020 para reducir el numero de parlamentarios de 945 a 600.

Lorenzo Pregliasco, analista político de la consultora YouTrend, consideró que estos datos obligan a repensar el funcionamiento de la institución referendaria, “Muchos creen que debería revisarse a la luz de los altos niveles de abstersión y que el umbral de participación debería reducirse”, Explicó.

Las cinco consultas fueron impulsadas inicialmente por Riccardo Magi, diputado del partido progresista +Europa, y posteriormente respaldados por otras formaciones de izquierda, asociaciones civiles y sindicatos.

La iniciativa logró reunir mas de 637.000 firmas, muy por encima de las 500.000 necesarias para convocar las consultas.

Sin embargo, conseguir las firmas resultó más fácil que movilizar a los votantes. El resultado deja a Giorgia Meloni en una posición de fortaleza frente a una oposición que deberá repensar sus estrategias si quiere hacer frente al creciente dominio de la derecha en la política italiana.NUNCA SUBESTIMAR UNA MUJER INTELIGENTE….

GIOVANNI CELANO MININI

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