El inventor que puso la seguridad primero
En una era de rápida industrialización y crecimiento urbano, la seguridad pública se enfrentaba a desafíos sin precedentes. Es en este contexto que emerge la figura de Garrett Augustus Morgan (1877-1963), un inventor, empresario y líder comunitario afroamericano cuyo ingenio y profunda preocupación por el bienestar de los demás dejaron una huella indeleble en la vida moderna. Hoy celebramos sus contribuciones que continúan salvando vidas a diario.


Hijo de esclavos emancipados en Kentucky, Morgan superó las limitaciones de una educación formal limitada para convertirse en uno de los inventores más prolíficos y cruciales de principios del siglo XX. Su carrera se definió por soluciones prácticas a problemas de la vida real, lo que le valió el apodo de “El Edison Negro” en algunos círculos.
Semáforo de tres posiciones: Revolucionando la seguridad vial
Quizás la invención más reconocida de Morgan sea el semáforo de tres posiciones, patentado en 1923. Después de presenciar un accidente grave en una intersección, Morgan se dio cuenta de la insuficiencia de los semáforos de “Pare” y “Siga” de dos posiciones, que no proporcionaban un intervalo de advertencia.
Su diseño revolucionario añadió una tercera señal de “precaución” (la precursora de la luz amarilla moderna), creando una transición crucial que permitía a los conductores y peatones despejar la intersección de manera segura. Este sistema no solo redujo drásticamente los accidentes, sino que sentó las bases para el control de tráfico automatizado en todo el mundo. El impacto de su invención fue tal que Morgan vendió los derechos a General Electric por $40,000, una suma considerable para la época.
La capucha de seguridad: Un héroe en las sombras
Mucho antes de su semáforo, Morgan había enfocado su atención en otro peligro mortal: los gases tóxicos y el humo. En 1912, patentó un “Dispositivo de respiración”, conocido popularmente como la Capucha de Seguridad (Safety Hood). Este precursor de la moderna máscara antigás presentaba una capucha para proteger los ojos y una serie de tubos que se extendían cerca del suelo, permitiendo respirar el aire más limpio y fresco que tendía a acumularse allí.
La eficacia de esta invención se demostró de forma dramática en 1916, durante la explosión de un túnel debajo del lago Erie en Cleveland. Morgan y su hermano utilizaron sus capuchas de seguridad para ingresar al túnel lleno de gases y humo tóxicos, rescatando a varios trabajadores atrapados y a los rescatistas que habían sucumbido en el intento. Este acto heroico consolidó la reputación de la capucha y la llevó a ser adoptada por departamentos de bomberos y, más tarde, como modelo para las máscaras de gas utilizadas por el Ejército de los EE. UU. en la Primera Guerra Mundial.
Un empresario y líder comunitario exitoso
Además de sus inventos, Morgan fue un empresario exitoso en múltiples campos. Fundó la G. A. Morgan Hair Refining Company, que comercializaba una crema alisadora para el cabello afroamericano. También fue una voz influyente en la comunidad afroamericana, fundando el periódico semanal The Cleveland Call (que luego se fusionaría para convertirse en The Cleveland Call and Post) y participando activamente en la Asociación de Hombres de Color de Cleveland, que más tarde se fusionaría con la NAACP.
Garrett Morgan fue un hombre que, con una visión singular para la seguridad y el progreso, convirtió la adversidad en oportunidad, dejando un legado que abarca desde las transitadas intersecciones urbanas hasta las prácticas de seguridad laboral. Su vida es un testimonio del poder del ingenio para mejorar la vida humana a escala global.