Raíces y contexto:

Alfonso Bialetti nació en 1888 en Casale Corte Cerro, Piamonte, una región italiana con una rica tradición culinaria y un profundo aprecio por el café. Este entorno influyó significativamente en su perspectiva.

Su experiencia en el procesamiento de aluminio en su taller de Crusinallo, también en Piamonte, fue fundamental para el diseño y la fabricación de la Moka.

Ingenio y observación:

Bialetti poseía un ingenio innato, característico del espíritu inventivo italiano. Su inspiración para la Moka provino de la observación de las lavadoras a presión de la época, demostrando su capacidad para aplicar principios industriales a la vida cotidiana.

La colaboración de Luigi De Ponti, ingeniero, fue de gran ayuda para la creación del prototipo.

Diseño y funcionalidad:

El diseño octogonal de la Moka, con su estilo Art Déco, refleja la estética italiana de la época. Pero más allá de su belleza, este diseño optimiza la distribución del calor, asegurando una extracción uniforme del café.

La Moka es un ejemplo de la atención italiana al detalle, donde la forma y la función se combinan armoniosamente.

Un ritual diario:

En Italia, preparar café con la Moka es más que una tarea; es un ritual diario, un momento de pausa y disfrute. El aroma del café llenando la cocina es un símbolo de hogar y tradición.

El “omino con i baffi” (el hombrecito con bigote), fue diseñado por el dibujante Paul Campani, en 1958, y continúa siendo un icono de la marca, y un icono italiano.

Un legado perdurable:

A pesar de la evolución de las tecnologías y las tendencias del café, la Moka ha mantenido su lugar en los hogares italianos y en los corazones de los amantes del café en todo el mundo.

Representa la tradición cafetera italiana, transmitida de generación en generación, y la pasión por un café fuerte y aromático.