Científica Pionera Reconocida por sus Contribuciones
Fundamentales a la Genética
Hoy celebramos la vida y el legado de Nettie María Stevens, una de las figuras más influyentes y a menudo, subestimadas en la historia de la genética. Sus innovadoras investigaciones a principios del siglo XX fueron cruciales para establecer la base cromosómica de la herencia del sexo, un descubrimiento fundamental que revolucionó nuestra comprensión de la biología.

Nacida en 1861, Stevens desafió las barreras de su época para dedicarse a la ciencia. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Bryn Mawr en 1903 y posteriormente realizó investigaciones en el Instituto Carnegie. Fue allí donde llevó a cabo sus estudios pioneros sobre los cromosomas de los insectos, observando diferencias distintivas en la composición cromosómica entre machos y hembras.
En 1905, Stevens publicó sus hallazgos, demostrando de manera concluyente que la presencia de cromosomas sexuales específicos (conocidos hoy como cromosomas X e Y) determinaba el sexo de un individuo. Su trabajo, realizado de forma independiente y simultánea a investigaciones similares, proporcionó una evidencia irrefutable para la teoría cromosómica de la herencia, que sostenía que los genes están ubicados en los cromosomas.
La claridad y precisión de sus observaciones fueron ejemplares, y su meticuloso trabajo sentó las bases para futuras investigaciones en genética, biología del desarrollo y medicina. A pesar de la inmensa importancia de sus contribuciones, Nettie María Stevens no siempre recibió el mismo reconocimiento que algunos de sus contemporáneos masculinos. Sin embargo, su legado perdura a través de los principios fundamentales que estableció y que siguen siendo pilares de la ciencia moderna.
Hoy, recordamos a Nettie María Stevens no solo como una brillante científica, sino también como una inspiración para las generaciones futuras de investigadores. Su dedicación, rigor científico y la trascendencia de sus descubrimientos son un testimonio de su ingenio y perseverancia.